15 de noviembre de 2010

El círculo se define a través de su punto medio; vive de 
él, pero no es necesario que éste punto medio sea visible, 
de la misma manera que un punto matemático no tiene 
latitud. Toda forma circular, todo plato, toda moneda 
tiene marcado un punto medio que es visible en muy 
pocos casos. Y sin embargo lo intuimos, nos lo imaginamos 
y se muestra visible al ojo emocional.
Se inquieren mutuamente: el punto y el círculo, el contenido 
y la forma, el uno y el todo, la semilla y la fruta. Es el espejo
donde se refleja lo universal. Es el símbolo más profundo del
secreto de la vida que se mueve continuamente entre 
extremos que se definen, por una parte, en la postración del 
individuo en el caos del materialismo y en el otro punto, en
la huida del mundo, el camino idealista a través de la 
meditación y la reflexión sobre el estado de las cosas.